Tanto rogar para que la cebolla no formara parte del 9° asado por la vuelta a Boedo , no sirvió de nada. Nuevamente la tuvimos entre nosotras. Y como para descartar de entrada lo único que nos dejó ese sabor ácido de la noche, la mencionamos con la esperanza de que en el 10° sea la vencida.
Fue una noche repleta de sanlorencistas, con los voluntarios apostados en todos los frentes para que nada faltara. El oratorio cada vez queda más chico para albergar a tantos cuervos y cuervas que se acercan a compartir una noche con toda la familia azulgrana, colaborar con la Vuelta a Boedo y la compra de propiedades en Tierra Santa.
Tuvimos música, artistas, visitas, sorpresas, sorteos, subastas y entre medio de todo eso el gran asado preparado por expertos y brindis por todos los rincones. Como siempre y más que nunca cantamos por la vuelta ( la vuelta para Boedo es mi obsesión ) , por el aguante a pesar de las malas ( te juro que en los malos momentos, siempre te voy a acompañar .... ) y por la historia ( lo que nunca pudieron fue parar a esta hinchada ). Adolfo Res, siempre con palabras emocionantes, contándonos sobre el avance de la Ley y vimos un par de videos relacionados con la vuelta.
Mucho calor afuera y adentro , tanto que para los postres nos sorprendimos con unos ricos helados que fueron devorados por invitados y voluntarios.
Como en cada asado hubo sorteos y subastas. Una de nuestras compañeras luchó por quedarse con uno de los tablones del Viejo Gasómetro, y lo logró, aunque después de eso no coma durante todo el mes, pero dormirá abrazada a la historia.
Hacia el final de los sorteos se vendría el premio del viaje a Brasil. Y nada menos que el famoso Gordo Ventilador fue el afortunado que estará vacacionando próximamente en tierras cariocas.
Con un hasta pronto nos fuimos despidiendo del Oratorio, en donde gran parte de los voluntarios de la Sch y del Departamento de la Mujer, se quedarían acomodando, limpiando y ordenando todo hasta altas horas de la madrugada. Así vivimos este regreso a Casa, con trabajo, amor por la historia, pasión por los colores y entrega absoluta.
Por suerte, a la acidez de la cebolla, al igual que a la de los cebollitas, la pudimos ahogar con la más dulce de las melodías, el himno del regreso: que vamos a volver, que vamos a volver , que vamos a volver, a volver , a volver !!!!!
