Por Natalia Pistarchi
Son esos días en los que la vida te gambetea todo el tiempo, días
en los que no podés eludir a la mala suerte y en los que no podés parar a la
desgracia. Son esos días en que buscás al DT para que vea tu cara de
desesperación y te saque. Días en los que lo único que querés es que termine el
partido, colgar los botines y retirarte para siempre...
Pero después ves el entorno, los colores, los cánticos. Sentís una hinchada fuerte atrás que alienta y empuja a seguir. Te parás un segundo a cambiar el aire, te agachás. Y sin querer se desprende una camiseta, azul y rojo ¡que bellos colores!
¿Cómo no querer seguir peleándola? Si llevás
Te das cuenta al fin que esos colores son los que te motivan a vivir día a día, entendés que sin ellos no serías nada... Son tu escencia, tu lucha, tu vida y tu muerte...
Cuanta verdad hay en todo lo q decís. Inexplicable para muchos, sólo los cuervos podemos entenderlo. Salir a la calle y lucir con orgullo, con mucho orgullo,los colores azulgranas, sea día de partido o no. En buenas y malas hasta el fin, nada ni nadie va a poder contra este sentimiento tan puro!
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