Sabemos que en nuestro Club hay mucho por sanear. Divisiones, enfrentamientos, traiciones.
Cada uno en lugar de sentarse a criticar, quejarse y mirar todo por televisión, debería involucrarse, participar, colaborar de la manera que cada cual pueda, ya que San Lorenzo nos necesita a todos. Desde hacerse socio, acercarse a ver con sus propios ojos lo que ocurre en una reunión de Comisión Directiva, en una Asamblea, eventos, marchas, movilizaciones y hasta, obviamente, ir a la cancha a acompañar al equipo.
Los medios jamás mostrarán la verdadera cara de la historia, reflejarán lo que a cada uno le convenga o lo que más venda. Por eso no se puede tomar de parámetro todo lo que leemos en los diarios, escuchamos en radio o vemos por tv. Hay que estar, ver la realidad con nuestros ojos y sacar conclusiones propias, sin el aditamento que suele darle la parcialidad de un medio de prensa.
Al Club lo vienen manoseando, desgastando, exprimiendo, traicionando desde hace años. Es lógico que haya internas entre los que tienen una visión de lo que significa lo mejor para el Club, que difiere de lo que otros buscan de San Lorenzo.
Los golpes más peligrosos son los que se dan por la espalda. Violencia es mentir. Violencia es traicionar.
Gracias a aquellos que defienden la pasión azulgrana, al amor por estos colores, es que hoy estamos cada día más cerca de la recuperación de nuestra pertenencia, de nuestro lugar en el mundo y es una causa sagrada a la que todos defendemos porque tiene que ver con nuestra identidad, con nuestra historia.
Este nuevo año que llega nos encontrará juntos, esperando ese día, el 8 de marzo, como esa cita ineludible, impostergable, única, en la que no sólo volveremos a hacer historia, sino que será una revolución. Será esa puntada que necesita el tejido de la Justicia para terminar de decidir dónde está la verdad.
El 2011 si bien institucionalmente fue y sigue siendo muy grave y a eso se suma el mal momento deportivo, también ha sido un año que como masa popular, como sanlorencistas, nos ha unido a todos defendiendo, cuidando y sacando adelante nuestra vuelta a Casa que no es más ni menos que nuestra recuperación y nuestro impulso para que esta restitución signifique la cura a la mayoría de las enfermedades que viene padeciendo nuestro querido Ciclón.
Alejandra Abboud